La Niña y el Silencio — La Voz de Una Cuba Herida Que Aún Grita Libertad.

Hoy esa niña dejó de callar.
Hoy su historia se cuenta completa.
Hoy nace La Niña y el Silencio.

Esta canción no es solo música.
Es un testimonio.
Una herida abierta.
Una verdad que por décadas intentaron ocultar.

La Niña y el Silencio cuenta la historia de mi Cuba.
Una Cuba herida, secuestrada, silenciada, memorizando un amor que duele y consuela, caminando con grilletes disfrazados de escuela, creciendo bajo estrellas apagadas y promesas rotas.

¿De qué trata esta canción?

Habla de la Cuba que aprendimos a memorizar:
una patria que se nos mostró como perfecta,
pero que muchos vivieron rota.

Habla de:

los cuentos cambiados por sermones sin Dios,

el amor que le arrebataron con decretos y descuidos,

la isla secuestrada,

las cadenas con cintas de honor,

los balcones que ya no cantan trovadores,

los almendros que murieron sin razones,

el cartel sin color donde se arrastra un viejo traidor,

los grilletes invisibles de la educación “gratis”,

la sombra larga que sigue torciendo la historia,

los bandidos que brindan con tinta y fusil,

la libertad que ella —y todos nosotros— sigue escribiendo en la arena,
aun cuando alguien viene a borrarla.

Un canto por Cuba, por la verdad, por la libertad

La Niña y el Silencio no es una protesta vacía.
Es una carta abierta al alma de un pueblo.
Es un espejo donde millones se van a reconocer:
exiliados, silenciados, soñadores, heridos, persistentes.

Esta canción nace de la poesía,
de la trova moderna,
del folklore latino,
y del grito que no se apaga:
LIBERTAD.

Y al final, cuando la niña escribe su nombre en la arena,
cuando grita aunque le sangren los pies,
cuando se niega a morir,
ahí está Cuba.
Ahí estamos todos.

El mensaje detrás de la música

Esta obra es para:

quienes crecieron memorizando discursos que no sentían,

quienes vieron secarse almendros y balcones,

quienes cargaron con miedo,

quienes perdieron sueños en el mar,

quienes aún escriben “libertad” aunque intenten borrársela,

quienes no olvidan quién mató su amor,

quienes saben que la justicia todavía no alcanza,

quienes siguen vivos por dentro aunque hayan intentado apagar su luz.

Es para todo un pueblo que sigue de pie, aunque lo quieran de rodillas.

Sobre la producción musical

El sonido reúne:

trova cubana moderna,

folk latino acústico,

coro épico,

poesía,

rap/spoken word con carga filosófica y social.

Es una canción hecha para sentirla.
Para pensar.
Para llorar.
Para recordar.
Para despertar.
Para sanar.
Para no olvidar.

Gracias por escuchar

Si esta canción te tocó, compártela.
Si te recordó tu infancia, tu barrio, tu familia… compártela.
Si sientes que Cuba aún tiene una niña herida por dentro… compártela.
Si crees en la libertad… compártela.

Tu voz ayuda a que esta niña no vuelva a ser silenciada.

Gracias por darle vida a esta obra.
Gracias por no callarte.
Gracias por estar aquí.

— Yassel Enrique

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