4 AÑOS de cárcel a custodios de "Fito": Ocultaron al líder de Los Choneros en búnker de Montecristi

El Tribunal Penal de Manabí sentenció a cuatro personas a cuatro años de prisión por el delito de fraude procesal agravado, tras comprobar que participaron en el ocultamiento del líder de Los Choneros, José Adolfo Macías Villamar, alias “Fito”. La resolución se emitió el 21 de noviembre de 2025, luego de meses de investigación y análisis pericial sobre la estructura clandestina donde el cabecilla permanecía escondido.

Los sentenciados —Carlos Enrique C. B., Cristian Germán M. M., Eduardo Alejandro H. M. y Freddy Alberto Z. Z.— afirmaron inicialmente ser simples visitantes sin relación con el prófugo. Sin embargo, el operativo realizado el 25 de junio de 2025, a las 05:30 de la mañana en una vivienda del sector Las Colinas de Montecristi, reveló una operación mucho más compleja y organizada. Un contingente combinado de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ingresó al inmueble tras información de inteligencia que ubicaba allí al líder criminal.

Durante la inspección, los agentes detectaron anomalías estructurales en la zona de lavandería. Al retirar cerámicos y romper la losa de concreto, hallaron un doble fondo que ocultaba una escalera metálica retráctil. Esta conducía a un búnker subterráneo de aproximadamente 3x2 metros, equipado con ventilación, iluminación, sistema eléctrico improvisado, mantas, víveres y espacios preparados para una estadía prolongada. En ese escondite fue localizado y capturado “Fito”, quien llevaba semanas evadiendo los operativos nacionales.

El Tribunal aplicó la agravante del COIP, señalando que la construcción del búnker constituía una estructura especialmente diseñada para favorecer la fuga, ocultamiento y defensa del líder de Los Choneros. Debido a esta condición, la pena alcanzó el máximo legal de cuatro años de cárcel. Los condenados fueron trasladados al Centro de Privación de Libertad El Rodeo, en Portoviejo, donde permanecen mientras tramitan su recurso de apelación.

El caso se ha convertido en una de las muestras más evidentes del nivel de apoyo logístico que el crimen organizado posee en algunas zonas del país, así como del uso de infraestructuras clandestinas para garantizar la protección de sus líderes.