El Alcatraz de los Caimanes ESTALLA… ¿y nuestros CONGRESISTAS?

La indignación crece entre la comunidad latina en Estados Unidos tras las impactantes denuncias de excesos en el centro de detención Alcatraz en Florida, donde cientos de migrantes cubanos protestaron por condiciones inhumanas y detenciones prolongadas sin justificación legal. Las imágenes difundidas por medios como CiberCuba muestran cómo estos migrantes, muchos con órdenes de deportación firmadas, siguen encarcelados por semanas e incluso meses, víctimas de maltratos, mala alimentación y negligencia médica. Esta crisis migratoria pone en evidencia la crueldad de un sistema donde la deshumanización parece ser política de Estado, impulsada por agendas supremacistas blancas y amparada por el silencio cómplice de congresistas cubanoamericanos que representan a estas mismas comunidades.

Este video revela cómo el llamado "Alcatraz de los Caimanes" se ha convertido en símbolo de la criminalización del inmigrante, en especial del inmigrante latino y caribeño. Las protestas de cubanos en Alcatraz no solo son una denuncia de abusos, sino un grito desesperado por justicia social y dignidad humana. En un entorno político donde la retórica antiinmigrante se mezcla con el negocio privado de los centros de detención, las voces de los detenidos son una alerta urgente sobre la erosión de los derechos civiles básicos. Mientras tanto, líderes electos por estas comunidades, como los congresistas del sur de Florida, guardan un silencio ensordecedor, contradiciendo su discurso anticomunista con un respaldo tácito a prácticas autoritarias dentro del propio territorio estadounidense.

Además, se expone un patrón preocupante de intimidación contra abogados de inmigración, incluidos en listas de vigilancia por ICE, en un intento de debilitar aún más la defensa legal de los migrantes. Frente a esta ofensiva autoritaria, el video también destaca un rayo de esperanza: un nuevo informe de la Universidad de Georgetown que podría frenar el intento de Donald Trump de eliminar la ciudadanía por nacimiento y socavar la ciudadanía naturalizada. Este es un llamado urgente a la participación ciudadana, a la defensa de los derechos humanos, y a exigir responsabilidad a quienes deben protegernos, no silenciarnos.