Mi Hija Había FALLECIDO Hace 3 Años pero la Policia la Llamó Porque Ahora Estaba en el HOSPITAL

Aquella tarde, Melissa estaba revisando el inventario en el mostrador de Paraiso animal, cuando el sonido del teléfono rompió la tranquila atmósfera de la tienda. Un número desconocido parpadeaba en la pantalla. Su corazón dio un vuelco. Al contestar, una voz masculina y serena se presentó como el oficial Juanes, del Departamento de Policía de Guadalajara. —Esto es difícil de decir, pero su hija ha estado en un accidente. Melissa sintió que la sangre se le helaba. Se aferró con fuerza al mostrador, incapaz de creer lo que escuchaba. —Lo siento, pero mi hija falleció hace tres años —su voz tembló, y Beto, su fiel golden retriever, se acercó a sus pies, notando su angustia. Hubo un silencio breve en la línea antes de que el oficial hablara de nuevo. —Pero estamos seguros de que es su hija. Las pruebas de ADN preliminares lo han confirmado. Actualmente, ha sido trasladada al Hospital San José de Guadalajara. ¿Podría venir lo antes posible? Melissa sintió que el mundo se desmoronaba bajo sus pies.

Sus dedos temblorosos marcaron el número de su madre, Sara, pidiéndole que viniera de inmediato. Luego, con un nudo en la garganta, giró el cartel de la tienda a “cerrado”. En la pequeña tienda de suministros para mascotas llamada Paraiso animal, ubicada en un tranquilo vecindario residencial de Guadalajara, Mariana Sampier acomodaba cuidadosamente los collares recién llegados, mientras la suave luz primaveral se filtraba por las ventanas. La tienda se había convertido en un lugar de encuentro apreciado por los residentes locales. —Hey Beto, ¿qué opinas de este? —Melissa le mostró un collar al gran golden retriever que la ayudaba a atender la tienda. Beto respondió moviendo la cola. Cerca de allí, Luna, otra golden retriever, dormitaba plácidamente. A las 3 p.m., la tienda estaba llena de su habitual atmósfera acogedora. Los coloridos suministros para mascotas llenaban los estantes, y flores de temporada adornaban el alféizar de la ventana. Para Melissa, esta tienda era más que un simple lugar de trabajo. Era un espacio lleno de sueños y recuerdos preciados.