CASTILLO DE HINOJOSA DE LA SIERRA - SORIA

Soria, la bella Soria, la gran Soria, aún nos sigue deparando mágicos rincones y castillos de ensueños que nos hacen recordar su gran pasado histórico.

En el día de hoy hemos reservado nuestras miradas en la pequeña localidad de Hinojosa de la Sierra, de 22 habitantes, que se encuentra en la comarca de El Valle, entre las sierras de Carcaña y Cabrejas. A finales del siglo XX esta localidad pasó a formar parte del municipio de El Royo pero antes había sido municipio constitucional al que se le anexionó la localidad de Langosto.

A escasos 20 km de Soria capital y bañada por las aguas del río Duero, Hinojosa de la Sierra, elegante villa y señorío histórico de los Mendoza, nos da la bienvenida con las ruinas de su castillo del siglo XV, casi un palacio, del que destacan los restos de su recia torre del homenaje.

Algunos autores consideran que fue levantado por los Vera en el siglo XV y cedido poco después por Enrique IV, rey de Castilla, a Fernando Pareja, mientras que otros consideran a éste el primer propietario del castillo. Sea como fuere, lo que sí se encuentra documentado es que fue confiscado en 1475 por los Reyes Católicos a Fernando Pareja, siendo entregado a los Mendoza.

Y ahí está, situado sobre una loma próxima al río Duero, en el centro de un valle. Como podemos observar, se encuentra en estado de ruina progresiva, pues solo quedan unos pocos muros que nos ayudan a adivinar el trazado rectangular de su planta.

Contaba con una fuerte torre del homenaje, de unos 10 por 19 m, adosada a un recinto mucho menos fortificado, con luminosos ventanales con ajimeces, chimeneas y demás comodidades típicas de la época. Una de sus esquinas nos muestra una hermosa garita y los restos de ménsulas que soportaban matacanes. A lo largo de su cara externa se aprecia, desde el primer piso, un conjunto de aspilleras que zigzaguean a derecha e izquierda siguiendo el trazado de una escalera en su interior. El conjunto se encontraba rodeado de una barrera, también de planta rectangular, de la que subsisten los restos de un cubo en una de sus esquinas, adosado al cementerio. El castillo estaba construido con sillarejo y mampostería reforzada con sillares en las esquinas.

Cerca de los restos del castillo se encuentra el cementerio y la iglesia de la Asunción, que en sus orígenes fue románica pero lo que hoy se admira es el fruto de reformas y remodelaciones.

Precisamente estas dos construcciones fueron realizadas con las piedras de parte de la torre del homenaje y del muro que desde el torreón se dirige al oeste.

Desde sus murallas, que como podemos apreciar se han convertido en un gran palomar, se divisa el disperso y escueto caserío de Hinojosa de la Sierra, feudo señorial de los Hurtado de Mendoza.

Cuando en el siglo XVI el castillo era propiedad de los Hurtado de Mendoza, éstos se construyen otra residencia abandonando el castillo y empleando las piedras de éste en el nuevo palacio, el Palacio de los Hurtado de Mendoza, el cual observamos en las imágenes, declarado Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural. De estilo renacentista y construido entre 1581 y 1583, se levanta sobre un rectángulo en el que destacan sobre todo las fachadas este y sur. La doble galería porticada de la fachada oriental es la característica más atractiva de esta mansión. La fachada sur, acceso principal al palacio tras atravesar un amplio patio, dispone de recio portón de piedra de sillería, con dos aspilleras a ambos lados de la puerta.

De este precioso entorno palaciego, con jardines dibujados en plano hipodámico, giramos nuestras vistas para relajarnos con el paisaje exterior de la localidad, rodeada de montes de roble y encina, gran paraíso natural, como lo es el humedal de la Serna, muy cerca de la localidad, donde garzas y otras aves descansan en las migraciones.

La afición por el deporte no se escatima en esta pequeña población. Así, el mundillo del fútbol se mitiga practicándose en un espacio de era y algunos deportes más minoritarios se practican en la misma calle, habilitándose para ello, por ejemplo, una mesa de ping-pong.

Soria nos atrae, nos atrapa, y continuaremos descubriendo sus históricos y bellos rincones.


(Nota: Algunas grabaciones o textos han podido ser cedidos por amigos y colaboradores del canal. Nunca ha existido el ánimo de lucro).