La VERDAD de nuestro viaje a China | Vigilancia extrema en Pekín, comida callejera y Gran Muralla🏯🍜

🌏 ¡Empieza nuestra gran aventura en China! Este es el primer capítulo de nuestra serie viajera por China, grabado en POV para que sientas cada paso, cada broma y cada momento con nosotros como si estuvieras allí.

Todo comienza a las 5:30 de la mañana, todavía de noche, cuando salimos rumbo al bus que nos llevaría a Bilbao, para después coger un avión a Madrid y finalmente otro hacia Casablanca. En Marruecos ya empezamos a notar el cambio de cultura, los aromas de la comida, las costumbres diferentes… incluso nos lanzamos a probar la famosa pastila marroquí. ¡Y aún nos quedaba el vuelo más largo rumbo a Pekín!

En pleno trayecto tuvimos uno de esos momentos divertidos que siempre recordaremos: en un control de seguridad, Elena dio positivo en explosivos 😱 (tranquilos, ¡era por el perfume que se había echado en el duty free!). Yo, Enmanuel, me quedé callado en plan irónico porque había hecho poco en la organización del viaje. Desde el inicio ya sabíamos que este viaje iba a ser diferente.

🇨🇳 Bienvenidos a Pekín
Al aterrizar en China, nos subimos a un Didi (el “Uber chino”) y enseguida notamos detalles curiosos: la mayoría de los coches eran eléctricos, con lunas tintadas, y las motos también… ¡pero sin casco! A los pocos minutos nos cancelaron el hotel que habíamos reservado, así que nos tocó improvisar y buscar otro. Entre cámaras de vigilancia (¡hay una en cada esquina!), calles llenas de banderas rojas y carteles incomprensibles para nosotros, conseguimos instalarnos en un hotel junto a unos hutongs y nos lanzamos a explorar.

Nuestra primera compra: un adaptador de enchufe. Después llegó lo mejor: la comida callejera. Probamos de todo:
🍢 Empanadillas rellenas de carne.
🥓 Pinchos gigantes de cordero (elección de Elena).
🍰 Un postre amarillo pegajoso que a ella le encantó y yo odié.
🥤 Bubble tea con bolas gelatinosas.
🎶 Música callejera que nos sorprendió en cada rincón.

El choque cultural era brutal: vimos gatos en jaulas, maniquíes que se movían de forma extraña en tiendas, carteles imposibles de entender… y hasta una máquina expendedora de powerbanks que intentamos usar sin éxito.

🚫 La ciudad bajo control
Coincidimos con un desfile militar en Pekín donde participaban incluso Putin y líderes de Corea del Norte. La ciudad estaba llena de policías, barreras y templos cerrados: la Ciudad Prohibida y el Templo Lama estaban inaccesibles, lo que nos dio mucha pena. Aun así, no nos detuvo: nos fuimos a cenar por 4€ dos enormes platos de fideos chinos, deliciosos y picantes.

🏯 La Gran Muralla China
Al día siguiente conseguimos salir del primer anillo de seguridad y nos dirigimos a una de las 7 maravillas del mundo moderno: la Gran Muralla China. Para el camino, yo iba en plan guiri con chanclas y calcetines, mientras los policías nos miraban sorprendidos.

Subimos en teleférico con vistas increíbles, caminamos entre torres y tramos infinitos de muralla, nos sorprendimos de cómo es posible que construyeran más de 20.000 km de muralla, y terminamos bajando en un tobogán tipo trineo que fue pura diversión. En medio del camino incluso nos encontramos con un gato chino que no nos hizo caso, pero se ganó un hueco en el vlog.

🍲 Sabores extremos de Pekín
Después de la Muralla, nos fuimos a un restaurante local y pedimos comida típica:
🥩 Ternera picante que nos hizo sudar.
🐖 Cerdo agridulce con arroz.
🍺 Cerveza china

Intentamos visitar más templos, pero seguían cerrados por el desfile, así que nos refugiamos en la gastronomía: dulces raros, bebidas con flores, helados, pastelerías extrañas, Domino’s Pizza al estilo chino, un KFC diferente y hasta un intento fallido de comprar té (¡60€ por dos bolsitas, un timo turístico total!).

También vimos puestos de insectos (escorpiones, larvas y saltamontes), pero en este primer capítulo todavía no nos atrevimos a probarlos. Eso lo dejamos para más adelante.

🙏 Cierre del capítulo
Para terminar, visitamos el Templo del Cielo, desayunamos en un buffet increíble del hotel y nos despedimos con un ritual callejero chino donde la gente cantaba y se daba palmas en el cuerpo. Antes de acabar, muestro cómo funciona una máquina automática 24h que abre puertas con reconocimiento, y dejo un adelanto del siguiente episodio en las montañas de Avatar (Zhangjiajie).

📢 Y ahora te pregunto a ti:
👉 ¿Te atreverías a comer en la calle en China?
👉 ¿Qué probarías primero: pato pekinés, insectos o bubble tea?

✈️ Si te gusta viajar, descubrir nuevas culturas, probar gastronomía diferente y reírte con las anécdotas del camino, este canal es para ti.

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