ONDAS GRAVITACIONALES 🌀 PARTE II | Bailando con Monstruos: ¿ecos de las grandes batallas del Cosmos?

En 1916, Albert Einstein predijo la existencia de unas perturbaciones en el espacio-tiempo bautizadas como ondas gravitacionales. La última gran predicción de la Teoría de la Relatividad. Los cimientos de la naturaleza agitados por las más devastadoras e inconcebibles fuerzas, capaces de estremecer los propios pilares de la realidad. Olas surcando los océanos de oscuridad en camino a una costa que nunca podrán alcanzar. Olas de gravedad nacidas de la destrucción.

Tras su teorización y comprensión de su inevitabilidad matemática, la comunidad aceptó que ciertos tipos de movimientos de masas en el Universo deberían poder generar estas perturbaciones gravitatorias, llegando hasta nosotros como un débil susurro impreso en la gravedad. Pero prácticamente todos llegaron al consenso de que estas ondas gravitacionales jamás serían detectables experimentalmente. Por suerte, algunos confiaron en esa capacidad inherente de la humanidad para hacer de los imposibles, una realidad.

A raíz de los primeros intentos del físico estadounidense Joseph Weber, fundador del campo de la Investigación Experimental de Ondas Gravitacionales, y más adelante con sus herederos Rainer Weiss, Kip Thorne y Ron Drever, en 1994 comenzó la construcción de la más ambiciosa megaestructura de la historia. Un observatorio de ondas gravitacionales bautizado como LIGO. Una proeza de la ingeniería que culminó en febrero de 2015. Los humanos habíamos alzado el templo de la gravedad.

En este segundo capítulo de la Trilogía de las Ondas Gravitacionales, exploraremos la historia de la detección de la fusión de dos estrellas de neutrones en 2017. La primera kilonova detectada respondió a algunas de las grandes preguntas sobre la evolución química del Universo pero también puso en peligro la veracidad de la teoría de la energía oscura.

Nos sumergiremos en el papel de la materia oscura y los agujeros negros primordiales en esa odisea de las ondas gravitacionales y viajaremos hacia los confines de la galaxia para ver cómo el proyecto NANOGrav usó una red de púlsares para captar las ondas que LIGO era incapaz de percibir. Una proeza que llevó al descubrimiento del fondo estocástico de ondas gravitacionales. La puerta a una nueva era, hacia la semilla perdida del tiempo, había sido abierta.

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🌀 PARTE III | La Semilla Perdida del Tiempo:    • ONDAS GRAVITACIONALES 🌀 PARTE III | La Sem...  

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CAPÍTULOS DEL VÍDEO:

00:00 - Capítulo V: La furia de las estrellas muertas
11:31 - Capítulo VI: La velocidad de la gravedad
21:15 - Capítulo VII: El lado oscuro del Cosmos
29:21 - Capítulo VIII: "Pulsar Timing Array"
36:04 - Capítulo IX: El murmullo gravitacional