El Regalo de Navidad

Se acercaba la navidad y Pedrito, el protagonista de esta historia, estaba muy feliz, pues sabia que Santa le traería los regalos que había pedido.

La noche de navidad, Pedrito se escondió en el salón para intentar sorprender y conocer a Santa, pero las horas pasaron y no llegaba.

Pedrito no pido resistir el sueño y quedó dormido donde estaba.

Por la mañana se despertó y emocionado se acercó al árbol, no había podido conocer a Santa, pero le emocionaba ver que le había traído.

Sin embargo, Pedrito no encontró nada bajo el árbol, al parecer Santa no le había traído nada.

Su padre lo observaba desde el otro extremo de la habitación, con lagrimas en los ojos, esperaba tomar el coraje para hablarle a su hijo, pues había perdido su empleo recientemente y no había podido comprarle nada.

Cuando tuvo la fuerza para hablar, lo llamó:

Pedrito, ven aquí.

Pedrito se acercó con cara de tristeza y dijo:

Papá, Santa se ha olvidado de mí.

Al escuchar esto, su padre lo abrazo y ambos lloraron.

¿También se olvidó de ti, papá? – preguntó Pedrito.

No, hijo – respondió su padre – el mejor regalo que podría tener en mi vida esta justo aquí, en mis brazos. Y no te preocupes hijo, estoy seguro de que Santa no se olvidó de ti.

Pero todos los chicos del vecindario están jugando con sus regalos de navidad. ¿Se saltó nuestra casa? – Preguntó Pedrito.

No, no saltó nuestra casa, tu regalo está aquí abrazándote y te llevará a dar un increíble paseo.

Y así, Pedrito y su padre salieron al parque, ambos jugaron y rieron como nunca lo habían hecho.

Cuando llegaron por la noche, antes de ir a dormir, Pedrito hizo una carta de agradecimiento que decía:

“Querido Santa:

Te escribo a estas horas no para pedirte algo, sino por agradecerte por el regalo que me has dado.

Deseo que todas las navidades sean como esta, que hagas que mi padre olvide todos sus problemas y pase un día agradable conmigo.

Gracias por mi vida, porque, aunque no tenga todos los juguetes que quiera, tengo el cariño y el amor de mi padre.

Atentamente
Pedrito.”

Su padre entró a la habitación para darle las buenas noches y notó la carta, la leyó y sintió un nudo en la garganta. Desde ese día, no permitió que sus problemas afectaran a su hijo, se propuso que, para ambos, todos los días fuesen como navidad.

Si un niño puede encontrar el verdadero regalo de la navidad ¿Por qué nosotros no?

Hagamos que todos los días sean navidad, valoremos la amistad, el cariño y todos los sentimientos buenos que existen dentro de nosotros.

Escrito original por Lili1623
Narración: Liliana Gonzalez

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Música:
Angels We Have Heard de Kevin MacLeod está sujeta a una licencia de Atribución 4.0 de Creative Commons. https://creativecommons.org/licenses/...

Fuente: http://incompetech.com/music/royalty-...

Artista: http://incompetech.com/

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