APRENDE a Alinear tu Corazón con la Voluntad de Dios a Través del Ayuno y Oración?

¿Alguna vez te has sentido completamente perdido, clamando por dirección divina, pero sin recibir respuestas claras? ¿Has orado buscando la voluntad de Dios para tu vida y aun así sigues caminando en confusión, tomando decisiones inseguras, sintiendo que tus oraciones no atraviesan el cielo? Mientras tanto, ves a otros creyentes hablar con certeza, escuchar la voz de Dios con claridad y avanzar con convicción… y tú te preguntas qué te falta.

La verdad es que existe una práctica espiritual poderosa que ha sido olvidada por la iglesia moderna, una disciplina ancestral que los grandes hombres y mujeres de Dios usaron para alinear su corazón con la voluntad divina y caminar en dirección sobrenatural. No es nueva. Está escrita desde el Antiguo hasta el Nuevo Testamento. Pero requiere algo que pocos están dispuestos a ofrecer: consagración real.

Estoy hablando del ayuno unido a la oración.
No como ritual religioso vacío, sino como una entrega profunda que transforma tu interior. Cuando esta práctica se realiza correctamente, algo sucede en el mundo espiritual: las distracciones se silencian, la carne pierde fuerza, el espíritu se sensibiliza y la voz del Espíritu Santo comienza a escucharse con una claridad impactante.

En ese lugar de humillación voluntaria, donde niegas los deseos naturales para buscar revelación celestial, el velo entre lo natural y lo sobrenatural se adelgaza. Tu visión espiritual se afina. Tus deseos comienzan a alinearse con los propósitos eternos de Dios. Y tu relación con Él deja de ser superficial para convertirse en una intimidad real que transforma tu manera de pensar, decidir y vivir.

Este mensaje no es para cristianos cómodos que buscan atajos espirituales.
Es para aquellos que están cansados de vivir sin dirección.
Para los que anhelan conocer el corazón de Dios más que cualquier otra cosa.
Para los que están dispuestos a pagar el precio de la consagración para caminar en Su perfecta voluntad.

Si permaneces hasta el final, entenderás por qué el ayuno y la oración alinean tu corazón con Jesús Cristo y cómo comenzar a experimentar claridad, dirección y una comunión con Dios que cambiará tu vida para siempre.

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