Serra Dona Francisca

Atravesar la Estrada Dona Francisca en moto es mucho más que un recorrido por el sur de Brasil: es un viaje de conexión con la naturaleza, con la historia y con uno mismo. Esa ruta serpenteante, entre Joinville y São Bento do Sul, nos recibe con sus curvas cerradas y paisajes que parecen sacados de una postal.
Salimos con los cascos ajustados y el corazón latiendo fuerte. A medida que la moto rugía, el viento nos empujaba hacia adelante, abriéndonos paso entre túneles de árboles nativos, y el perfume a tierra húmeda nos envolvía. El asfalto se volvía un lienzo, y nuestras ruedas, pinceles que pintaban kilómetros de libertad.
📍 Entre la adrenalina y la contemplación Los miradores nos invitan a detenernos: vistas panorámicas de montañas cubiertas por niebla matinal, el canto lejano de aves exóticas y pequeños pueblos que parecen detener el tiempo. En cada curva, la Estrada Dona Francisca susurra historias de colonos alemanes, de aventuras, de encuentros entre el bosque y el hombre.
☕ Encuentros en el camino Nos detuvimos en una de esas cafeterías rústicas que parecen surgir entre la vegetación, y compartimos café fuerte con otros motociclistas que también se dejaban seducir por la ruta. Las anécdotas cruzaban idiomas y cilindradas, mientras todos coincidíamos en algo: esta carretera tiene alma.
🌿 Naturaleza imponente La vegetación se vuelve exuberante mientras se asciende. La Reserva Biológica Estadual do Sassafrás cerca del camino, protege especies únicas, y aunque no entramos directamente, su presencia se siente. A veces la niebla se vuelve tan densa que casi parece que la carretera desaparece, dejándonos solos en medio del verde infinito.
Al final del día, con la ropa impregnada de lluvia ligera y los músculos cansados, supimos que este viaje no era solo físico. La Estrada Dona Francisca nos enseñó a frenar, a mirar, a escuchar. Porque en moto, cada kilómetro se siente en el pecho, y esta ruta... se nos quedó adentro.
Si quieres, puedo ayudarte a convertir este relato en una crónica de viaje más detallada o con un tono más poético.
Al final del día, con la ropa impregnada de lluvia ligera y los músculos cansados, supimos que este viaje no era solo físico. La Estrada Dona Francisca nos enseñó a frenar, a mirar, a escuchar. Porque en moto, cada kilómetro se siente en el pecho, y esta ruta... se nos quedó adentro.
📜 Historias que recorren la Estrada Dona Francisca
La Estrada Dona Francisca no es solo una vía escénica en Santa Catarina, Brasil. Es un camino cargado de historia, colonización, desafíos y desarrollo económico. Aquí te comparto algunos de los relatos más fascinantes que la envuelven:
👑 Un regalo imperial
La carretera lleva el nombre de la Princesa Dona Francisca, hermana de Dom Pedro II.
Fue parte del dote imperial que recibió al casarse con el Príncipe de Joinville.
Las tierras que hoy forman parte de Joinville y Campo Alegre fueron colonizadas por inmigrantes europeos gracias a este legado.
🛤️ Construcción épica en el siglo XIX
La construcción comenzó en 1858, liderada por el ingeniero francés Leonce Aubé. - Fue la segunda vía carrozable del Brasil, diseñada para conectar el litoral con el planalto.
Los trabajadores enfrentaron serpientes, mosquitos, lluvias torrenciales y terrenos escarpados
🌿 Ruta comercial clave
Su objetivo principal era escalar la producción de erva-mate, un producto en auge en la época
Permitía el transporte entre Joinville y Rio Negro, facilitando el comercio entre Santa Catarina y Paraná.
🏞️ Nacimiento de Campo Alegre
Al llegar al punto más alto de la serra, los constructores exclamaron “Froeliches Feld” (Campo Alegre), maravillados por el paisaje.
Así nació la ciudad de Campo Alegre, rodeada de araucarias y con fuerte influencia europea.
🚂 Decadencia y renacimiento
En 1913, la construcción del ferrocarril redujo su importancia comercial.
Volvió a cobrar relevancia en los años 1950 con el auge del transporte por camiones.
Hoy es una ruta turística, famosa por sus curvas cerradas, miradores y riqueza natural.
Todo comenzó con el matrimonio de la princesa Francisca Carolina, hermana de Don Pedro II, con el príncipe francés Francisco Fernando Felipe Luis María. Una extensión de tierra en la provincia de Santa Catarina formó parte de la dote de esta unión. Estas tierras, que hoy constituyen las ciudades del norte de Santa Catarina, fueron colonizadas por inmigrantes europeos. Estos mismos inmigrantes construyeron la Carretera Dona Francisca para conectar Joinville y la costa catarinense con la meseta de Curitiba para el transporte de productos. El gobierno imperial financió toda la construcción, que culminó en la ciudad de Río Negro, en Paraná. La Carretera Dona Francisca es la segunda vía de Brasil que permite el tránsito de carruajes, y su construcción comenzó en marzo de 1858, por encargo del ingeniero Leonce Aubé. Hoy en día, la Carretera SC 418, cerca de Serra Dona Francisca, sigue el trazado original de la antigua Carretera Dona Francisca.