ARCHIVO: Comunistas del PCE contra los del POUM

Este programa de Tiempos Modernos fue emitido el 26 de mayo de 2017.

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La guerra civil española no fue sólo un guerra de azules contra rojos, sino que dentro de la propia izquierda hubo numerosos episodios de guerra interna. Uno de los más siniestros fue el de mayo de 1937 en Barcelona, donde el Partido Comunista, de obediencia soviética estalinista, aniquiló a los comunistas disidentes del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y a buena parte de los anarquistas catalanes. Situémonos: Cataluña, 1937. Dentro del Frente Popular hay una guerra soterrada entre los revolucionarios de las anarquistas CNT y FAI, más el POUM, contra los estalinistas del PSUC y la UGT, ambos bajo la órbita comunista de Moscú. Los estalinistas piensan –con razón- que la deriva revolucionaria les está llevando a perder la guerra y deciden controlar por sí mismos los acontecimientos. En Cataluña, en aquel momento, había varias revoluciones al mismo tiempo: la de los separatistas, la de los anarquistas, la de los comunistas… Los estalinistas lograron la disolución del caótico Comité de Milicias y se apoderaron de los órganos de orden público. El siguiente paso era, inevitablemente, “purgar” a los disidentes: los anarquistas y los del POUM, acusados de “trotskistas”. Iba a ser un episodio más de la guerra internacional entre Stalin y Trotski.

El 3 de mayo de 1937, el director comunista de Orden Público de la Generalidad ordena a la guardia de asalto tomar el edificio de Telefónica, centro de poder de la CNT. Los anarquistas contestan instalando allí una ametralladora. Los comités de barrio anarquistas se lanzan a la calle. La ciudad se cubre de barricadas. El POUM apoya a los anarquistas. La Generalidad pide refuerzos a Madrid, pero Largo Caballero no interviene. El que sí aparece es un grupo anarquista disidente, “los Amigos de Durruti”, que ha abandonado el frente y ahora llega para echar más leña al fuego. Varias unidades anarquistas del frente de Aragón se dirigen contra la ciudad, pero son detenidas a tiros por la propia aviación republicana. Mientras tanto, la dirección de la CNT cede, rehúsa respaldar a los sublevados y Largo Caballero se decide a intervenir y coloca en Barcelona más de 12.000 guardias de asalto y carabineros. Así sofocará simultáneamente la rebelión anarquista y la separatista. Pero entonces empezará la represión dentro del Frente Popular.

Según la dirigente anarquista Federica Montseny, el número total de muertos durante los “hechos de mayo” ascendió a 400, más un millar de heridos. La cifra que dio la prensa es mayor: 500 muertos. El resultado de la batalla será inequívoco: el PCE encontrará vía libre, el POUM quedará físicamente aniquilado –a manos de los estalinistas- y el poder de la CNT se reducirá al mínimo. Los comunistas ocuparon todos los puestos de poder. Stalin volvía a ganar.