El Secreto de Avraham: ¿Cómo Servir al Prójimo estando aún en Dolor? | Parashá Vayerá 5786

#04 Parashá Vayerá | “Y Él se mostró/manifestó”
📖 Vayerá (Bereshit / Génesis) 18:1 – 22:24
📜 Haftará (Sefardí): 2 Melajim / Reyes 4:1–37
📜 Código Real Meir (Marcos) 4:1 – 6:56

En esta enseñanza, el Rosh Edison Rojas profundiza en aquello que hizo único a Avraham Avinu, diferenciándolo de todos los patriarcas: su nivel de emuná, su sensibilidad hacia el prójimo y su capacidad de servir incluso cuando él mismo estaba en dolor.

1. Avraham: un nivel espiritual distinto al de todos los patriarcas. Avraham como padre de la fe (emunah): Su relación con el Eterno no fue de conveniencia, sino de fidelidad absoluta.
La prueba de la hospitalidad tras la brit milá: A pesar del dolor físico, Avraham corre hacia los malajim para servirles. Su ejemplo enseña que tzedaká y jesed deben prevalecer aun en momentos de dificultad.
La grandeza espiritual de Avraham Avinu frente al resto de patriarcas:
No esperaba recibir, sino dar.
No actuaba solo por deber, sino por convicción interior.
Su vida entera fue un llamado a atraer almas hacia el Eloha de Israel.

Avraham no imitó una tradición previa: inició una forma de caminar con el Eterno basada en la emuná, el servicio y la justicia, abriendo el camino para que miles conocieran al Eloha de Israel.

2. Su tzedaká fue radical: dar sin preguntar, servir sin calcular, abrir la tienda sin miedo.
Recibir al prójimo como si fuera un mensajero del Creador.
Dar con alegría, aun cuando cuesta.
Tratar a todos con dignidad, aun sin conocer su mérito.

3. Avraham intercede por Sodoma: la fuerza del número diez
Cuando Avraham suplica por Sodoma, plantea un principio espiritual profundo:
Si hubiese 10 justos, la ciudad no habría sido destruida.
Esto revela dos fundamentos esenciales:
Diez representa la unidad completa (ejad compuesta), donde cada individuo integra un cuerpo espiritual colectivo.
Diez simboliza el mínimo espiritual para sostener y reparar una comunidad entera. En la perspectiva hebrea, diez tzadikim (justos) pueden preservar el mundo, porque representan el conjunto, el total, la plenitud mínima del bien.
Por eso mismo, más tarde, Israel aprende que diez forman un “minyán”, una representación válida de la comunidad ante el Creador.

4. Observamos cómo HaShem rectifica incluso las acciones fallidas del ser humano. Las hijas de Lot actuaron movidas por el temor y la confusión, dando origen a los moabitas; sin embargo, de ese mismo linaje surgiría Rut, quien hizo un retorno sincero, abrazó la fe de Israel y se integró plenamente al pueblo del Eterno. De ella descendería finalmente el Mashíaj. Esto revela que HaShem puede transformar lo imperfecto en vehículo de redención, y que Su propósito avanza aun cuando el ser humano se equivoca.

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