1983_CASTELLANO_LO_TOCA_A_MOURAS_Y_LOS_DOS_EN_CAPILLA_29°_ VUELTA_DE_OLAVARRIA_25
Автор: Puesta a Punto Olavarría
Загружено: 2025-10-20
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CORTINA MUSICAL: SWAMPLAND – CHRIS HAUGEN
LOCUCION: HORACIO A. UTRILLA
HISTORIAS DEL AUTOMOVILISMO
1983 – CARRERA 675 - 11ra carrera de la temporada, 29na Vuelta de la Ciudad de Olavarría ganó ROBERTO JOSE MOURAS con la se encaminaba así a conseguir su primer campeonato argentino de TC, ganó a un promedio de 184.723 km/h
En la primera serie volvió a largar junto a Oscar Castellano como en Bahía Blanca.
El Dodge dorado había mejorado respecto de Tandil, en tanto el naranja no parecía estar en las mismas condiciones que tres semanas atrás. Mouras picó adelante y no le dió lugar al Pincho para superarlo. En uno de los retomes, el de Lobería se pasó y golpeó al de Casares. Pero buscando evitar un golpe mayor del ocurrido sin intención, en el rebaje pasó de vueltas el motor y una varilla lo dejó en cinco cilindros, haciéndolo perder tiempo importante en la serie.
Desde entonces, todo fue de Mouras, incluso el récord de vuelta, que le ganó por más de 10 segundos al local Eduardo Martínez, con atención de Torcuato Emiliozzi y Raúl Durán.
Luego llegaron Hermanos Suárez, Martínez Boero, que se retrasó al gastarse prematuramente las pastillas de freno traseras más blandas que había elegido, y Mariano Calamante.
Castellano, a casi un segundo de la punta arribó 10º.
El Comisario Deportivo de la prueba fue el señor Horacio Piccardi del Auto Club Tandil, quien al recibir la noticia del toque de Castellano a Mouras, sabiendo lo complicado que resulta recibir y valorar los informes de banderilleros, obró con moderación aconsejándole a ambos pilotos ser más cuidadosos, y permitiéndoles correr.
Además informó a las autoridades de la categoría que se los mantuviera en observación a ambos. Vale decir, que en su función pudo haber sancionado a quien considerara culpable y optó por otra decisión.
En la segunda serie, Satriano dominó a voluntad todo el transcurso de la misma. Fue casi 13 segundos más veloz que su seguidor, el reaparecido Ayerza Garré sobre la cupé ahora roja con techo azul, de Supertap, motorizada por Carlos Casullo, pero con fierros de Wilke y Pederzoli, como siempre.
El del Chevy 3 hizo el récord que fue cuatro segundos más rápido que el de Mouras. En el global, Satriano tenía el mejor tiempo y Mouras sólo superó a Ayerza Garré por una centésima. En esta serie se ubicaron luego Antonio Aventín todavía con el Ford, Pellegrini, Oscar Aventín y Traverso sexto, con problemas en los discos de frenos. El de Ramallo utilizaba desde esta carrera el Ford de Gustavo Degliantoni por haber devuelto a Aventín el suyo (aunque este ya no lo utilizaría).
Para la final, los candidatos eran los de siempre: Satriano, Mouras, Martínez Boero que decía contar con un muy buen auto pero rezaba para que el cigüeñal al cual le encontraron una fisura aguantara toda la carrera.
La largada se hacía con tres autos por fila, de modo que, luego de mucho tiempo volvió a una primera fila Juancho Ayarza Garré.
En la segunda, por afuera lo hicieron los hermanos Aventín y en el medio Pellegrini.
En la tercera largaron Traverso, Martínez y Hermanos Suárez, y en la cuarta Alaux, Brescia y el campeón Martínez Boero.
Habría que esperar también qué podía hacer Castellano que largaba desde la fila ocho, a más de un minuto de los punteros en el camino.
De los pilotos que largaron en la segunda fila, pronto Pellegrini demostró tener más auto que los hermanos de Morón dejándolos atrás y comenzando a tirar solo (con los perjuicios que ello conlleva en circuitos de rectas largas como las de Olavarría. De hecho, prevaleció en los primeros parciales del avión. Desde la tercera fila, Traverso y Martínez se desprendieron de los Hermanos Suárez, pero promediando la carrera fueron alcanzados por el veloz Martínez Boero que dejaba atrás a sus compañeros de fila, viéndose un trencito más que interesante entre los dos Ford y el auto del local.
En la punta, pasada la mitad de la carrera, en la séptima vuelta, el Chevrolet blanco y verde Nº 3 pasó al frente y logró una luz de dos segundos sobre su perseguidor. En la novena vuelta, abandonó Satriano cuando se aprestaba a rematar la carrera al partirse en dos una biela del motor preparado por su hermano Pablo. Mouras heredó entonces la punta de la carrera y se dedicó a cuidarla, teniendo en cuenta que el torneo estaba muy disputado, y la importancia tanto deportiva como anímica del triunfo. Traía luz sobre Martínez Boero que volvía a sumar bien y estaba también cómodo en el lugar de escolta. De todas formas, a su auto le seguía faltando un plus que le permitiera lograr el triunfo necesario para poder ganar el torneo, lo cual no había conseguido en las once fechas disputadas hasta entonces.
En el curso de la última vuelta, Antonio Aventín se detuvo con problemas de temperatura, al tiempo que Traverso volvió a intentar una superación sobre Eduardo Martínez para ganar el tercer lugar que tenía también a Pellegrini desde la fila anterior en la lucha por tiempos.
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