El Vaquero Se Casó por Deuda — Creyó que Sería Infeliz… Pero la Novia Resultó Ser Su Alma Gemela

James Collier tenía cuarenta y dos años cuando descubrió que su vida ya no le pertenecía. Estaba de pie frente al escritorio del banquero Silas Monroe en Bitter Springs, Texas, con su sombrero apretado entre manos callosas que temblaban levemente. El sol de agosto entraba por la ventana, iluminando el polvo suspendido en el aire y los papeles esparcidos sobre el escritorio de caoba. Monroe, un hombre gordo con bigote encerado y ojos pequeños como los de un cerdo, tamborileaba sus dedos regordetes sobre un documento legal. "Tres mil doscientos dólares, señor Collier. Esa es la cantidad que debe al banco. Más los intereses acumulados durante dieciocho meses de impago." James sintió que el suelo se inclinaba bajo sus botas. Su rancho, las doscientas hectáreas que había trabajado durante veinte años, las mismas tierras por las que su hermano menor había muerto defendiéndolas de cuatreros... todo se desmoronaba. "Señor Monroe, solo necesito seis meses más. La sequía acabó. Tengo ganado nuevo llegando desde Fort Worth. Puedo pagarle." "Ha dicho eso antes, Collier. Tres veces en el último año." Monroe se reclinó en su silla, que crujió bajo su peso. "El banco ha sido más que paciente. Pero los negocios son negocios." James cerró los ojos. Un flashback lo golpeó: su hermano Tommy, con apenas veintidós años, desangrándose en sus brazos después de que una bala de cuatrero le atravesara el pulmón. "Cuida el rancho, James", había susurrado Tommy con sangre en los labios. "Prométemelo." James había prometido. Y ahora estaba a punto de perderlo todo. "Sin embargo...", la voz de Monroe cortó sus pensamientos, "hay una manera de saldar su deuda completamente. Esta misma tarde, si está dispuesto." James abrió los ojos. "¿Cómo?" Monroe sonrió, y había algo reptiliano en esa expresión. "Casándose con mi sobrina."