Los mejores. AEH241125. ClimentTV

AEH 24.11.25
Desde que al Gobierno de España no llegan los mejores (como a casi ningún gobierno de los de ahora) resulta más difícil creer en lo que diga un ministro por el simple hecho de que sea ministro. Antiguamente, para darle veracidad a una afirmación se solía apuntalar con la coletilla de “lo ha dicho la tele” porque se supone que lo que decía la tele, como lo que decía un ministro, era siempre verdad. Y antes que decir mentira, callaban. Ahora no. Ahora casi nadie cree a casi nadie, y casi que con razón. El Fiscal García Ortiz, declarado delincuente por el Tribunal Supremo, va a presentar su dimisión argumentando dos cosas incompatibles entre sí: que “es un acto debido no solo al Ministerio Fiscal, sino a toda la ciudadanía española” y que “he servido fielmente a la institución”. Pues no es verdad. Hubiera servido fielmente a la institución si no la hubiera puesto en entredicho permitiendo que un Fiscal General (él) se sentara en el banquillo. El ‘acto debido’ tenía que haber sido su dimisión previa para no contaminar a la institución y para reforzar su imagen ante la ciudadanía, y se negó a presentarla a tiempo. A García Ortiz hay quienes le apoyan, rebelándose de paso contra el Supremo. Uno de ellos, el que encabezó el otro día la manifestación, es Baltasar Garzón, un abogado que fue juez y que dejó de serlo porque le condenaron por prevaricación a once años de inhabilitación. En resumen: que un condenado apoya a otro condenado contra quien les condenó, el Supremo, que no es que sea de derechas, como dice el Gobierno ése al que ya nadie cree: es que es un tribunal, y por tanto condena al que incumple la ley. Porque esto de incumplir la ley y luego quejarse de que un tribunal te condena porque te tiene manía no se sostiene. Pero bueno, es que al Gobierno de España hace tiempo que no llegan los mejores. Al Supremo sí.

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