MENSAJE DE DIOS PARA TI | JESÚS TE RECUERDA QUE NUNCA ESTÁS SOLO

Mi querida hija… Hoy quiero que hagas una pausa en medio del ritmo de la vida. Quiero que, por unos minutos, te sientes conmigo y me permitas hablarte al corazón. Imagina que estás en tu rincón favorito de la casa, ese lugar donde siempre encuentras un poco de calma. Tal vez es una silla junto a la ventana, o un espacio donde entra la luz del sol y puedes escuchar los sonidos de la mañana. Afuera, el día amanece lentamente. La brisa acaricia las cortinas, la luz dorada pinta cada rincón, el canto de los pájaros llena el ambiente con una melodía sencilla pero perfecta, y el aroma a café recién hecho se esparce como una caricia suave al alma. No hay prisas, no hay obligaciones, no hay interrupciones. Solo tú, tu corazón y mi presencia envolviéndolo todo con ternura. He visto cada paso que has dado con esfuerzo, aun cuando nadie más lo notaba. He visto tus noches de oración, cuando en silencio me has confiado tus temores, tus preocupaciones y tus sueños.

He visto tus silencios cargados de amor por tu familia, las lágrimas escondidas, las batallas que libras a solas. Has cargado más de lo que muchos imaginan, y aun así, sigues aquí, de pie. No es casualidad, hija. Te he sostenido en cada uno de esos pasos. Te he rodeado cuando pensabas que no había nadie. He estado ahí cuando la carga se volvió pesada, cuando tus fuerzas parecían agotarse. Hoy quiero hablarte directamente, no como un juez que exige, sino como un Padre amoroso que conoce cada rincón de tu alma, cada pensamiento y cada suspiro. Quiero que sepas que no estás sola. Mi presencia ha estado contigo incluso en esos momentos en que sentiste que todo se apagaba. Fui Yo quien te sostuvo cuando creías que no podrías seguir. Fui Yo quien fortaleció tu fe cuando parecía quebrarse. Hoy te extiendo mis brazos y te invito a hacer algo simple pero profundo: descansa en mí. No fuiste creada para llevar el mundo sobre tus hombros. Fuiste creada para caminar tomada de mi mano.