¡Dios te Ruega que Escuches Esto! Hoy lo que Parece Imposible Dios lo Resolverá

Escucha, mi ser amado, porque mientras te acercas a estas palabras que hoy te hablo, quiero que sientas cómo un manto suave de mi presencia comienza a rodearte lentamente, como si un calor dulce empezara a surgir desde dentro de tu pecho, extendiéndose hacia tus pensamientos, hacia tus emociones, hacia todo aquello que ha estado inquieto o cansado dentro de ti. Quiero que te permitas descansar en mi voz, porque en este instante estoy más cerca de ti de lo que imaginas, inclinándome hacia tu vida con un amor que no conoce distancia ni límites, un amor que abraza lo que tú no has podido abrazar, que sostiene aquello que te ha pesado por tanto tiempo. Estoy aquí para decirte que lo que parece imposible para ti, no lo es para mí, y que este día no será un día común en tu espíritu, sino un momento donde comenzarás a sentir que el milagro que tanto esperaste ya empezó a moverse en lo invisible. Quiero que respires profundo conmigo, mi alma querida, porque sé que la vida te ha exigido más de lo que tú mismo esperabas resistir.

Conozco los silencios que llevas guardados, esos que nadie ve cuando cierras la puerta de tu cuarto. Conozco los suspiros que salen de tu pecho cuando piensas en aquello que anhelas, pero que no has visto cumplido todavía. Y sé que te has preguntado si acaso Yo escuché tus oraciones, si acaso vi tus lágrimas, si acaso mis manos están realmente trabajando para ti. Hoy te digo que sí. Hoy quiero que sepas que tu milagro no se ha perdido, que tu petición no quedó suspendida, que tu clamor no cayó en el vacío. Hoy vengo a acercarme a ti para decirte que lo imposible está a punto de doblarse ante mi poder. Mientras hablo contigo, quiero que percibas un ambiente distinto alrededor de tu alma. Como si la atmósfera misma que te rodea comenzara a llenarse de una luz cálida, un brillo silencioso que no proviene de ningún lugar humano, sino de mi Espíritu moviéndose a tu favor. Quiero que sientas cómo mis manos se extienden hacia ti con delicadeza, como quien toca algo frágil y amado.